Toco tu nombre y se me eriza la piel,
toco tu nombre en la ventanita del face
y tiembla mi mano,
toco tu boca en sueños,
aquella boca que ya me alocaba en una foto
y que en la realidad me aloca más que las doce fotos que tengo de ti,
esa boca con sabor a uva recién cosechada,
esa boca con labios rosados suaves como seda.
Toco tu nombre cuando la veo plasmada en algún lugar,
en un libro, en la web, en el diario.
Toco tu nombre porque tocar tu nombre, es de algún modo tocarte,
tocarte porque me queda el acertijo si volveré a tocar tus labios
con los míos,
si volveré a tenerte junto a mí otra vez,
en ese vaivén infinito que tenemos cuando hacemos el amor,
y sentir el tic tac de tu corazón juntito al mío,
un tic tac tan bonito como tu timbre de voz.
Toco tu nombre, porque deseo tocarte
y apretarte junto a mí para fundirnos en uno solo,
toco tu nombre, porque tocándolo
te toco a ti.