martes, 6 de agosto de 2013

La mamá gallina

Quiero creer con todas mis fuerzas que no me usaron otra vez, lo hago con todas mis fuerzas. No, una persona no puede ser tan cínica, no. No puedes confiar tanto en alguien y hacerlo leña en 5 minutos de conversación, no. No quiero aceptar que me utilizaste, a pesar que medio mundo me diga que si, que saben de que pata cogeas, como eres, bla bla bla.
Escribiste lo más lindo del mundo, y si mi alma estaba rompiéndose en pedazos, esas líneas compusieron todo...jamás competiría ahí, y no me imagino una vida sin ella a tu lado. Tal vez entienda completamente lo que te sucede y solo puedo agachar la cabeza y dar mi aprobación, de aquello mágico que yo no viviré.
Leerte y leer entre tus líneas, tus uñas y dientes por corregir lo que debe ser corregido, por luchar por lo que es tuyo por derecho...y por lo cual muchos no les interesa luchar.

No tengo nada más que decir, pensar o escribir...mi mente se ha quedado en blanco, al menos ya paré de llorar como estúpida...y lo mejor de todo...es que el mundo no se me va a acabar.
Aprenderé a ver por mi, como dicen mis amigas: deja ya de ser la mamá gallina de todo el mundo. Tal vez, eso espanta de mi, lo malditamente autosuficiente que soy, aunque no para todo :(

Me vino a la mente algo cuerdo que decía un loco hace mucho tiempo, y se quedó grabado en mi memoria: yo solo abro la puerta a los pollitos, ellos deciden a dónde van...algunos se quedan, otros se arriesgan y cruzan la pista...algunos son atropellados...otros llegan al otro lado...y siguen su vida.
Yo ya crucé la pista, me arrollaron una pata...pero sigo viva...y esta nueva atropellada no acabará conmigo, no señor.

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