jueves, 25 de noviembre de 2010

La invitación a los 30, con imagen incluída


Yo arrebatada como siempre me mande con otra invitación esas a mi estilo. He aquí la creación de la invitación a los 30.



El viernes 26 de noviembre cumpliré treinta años, y no puedo decir igual que Carmen Ollé que:

Tener 30 años no cambia nada salvo aproximarse al ataquecardíaco o al vaciado uterino. Dolencias al margen nuestros intestinos fluyen y cambian del ser a la nada.


Tampoco podría identificarme, porque ni sufro del corazón… (Bueno no de taquicardia al menos…o sí?? Humm bueno jajaja) y tampoco se, gracias a Dios, lo que es un vaciado uterino.
Pero si entiendo lo que es el estrés…al menos mi estrés.

Tengo 30 años (la edad del stress).


Si, definitivamente Carmen Ollé tiene razón, los 30, son la edad del estrés (aunque yo los tuve desde pequeña). Todo era estrés…y creo fielmente que sigo teniendo estrés.
Pero hay días como estos (los cumpleaños), que uno piensa que no existen, que se van…aunque sea por horas…se van y eso es lo mejor de todo. Pero sigo sintiendo que los treinta son de caída como dice Carmen, pero prefiero pensar en estos treinta con los poemas de Rodolfo Usigli:

Treinta años,

treinta heridas en mi cuerpo

y todavía no he podido desangrarme

definitivamente en un poema.

Dadme palabras

Para cubrir mis palabras–

Las palabras secretas de un amor,

Las palabras estrellas de un niño

O el silencio.

Todo el silencio.

Para cubrir las palabras…de mis treinta años.

Mientras busco las palabras adecuadas para cubrir mis treinta, que seguro recién las pensaré el próximo año que cumpla 31, pienso vivir pensando que aún tengo 29 y que seguiré teniendo los mismos el próximo año y el próximo, y el…
Debo estar agradecida por tener una familia, una hija, un perro adorado como mi Yogui. Y por tener aquellos importantes detalles que ayudan a una vida mejor: trabajo, amigos, rock and roll, jazz, tango, cds de música, reuniones y salud (si también de esa salud que suena chin chin con las copas). Para escuchar ese chin chin, los invito a celebrar conmigo otro año más de vida…uno especial, porque el otro año no pienso celebrar tener 31, celebraré 30 y 30 y…30 años de risas, de penas, de locuras, de apoyo y compañerismo con cada uno de ustedes, tan importantes en cada etapa de mi vida, por las tertulias, los consejos, las conversas.
Los espero a todos, solos o acompañados, (cada quien decide lo mejor para cada uno), el sábado 27 de noviembre a partir de las 8 p.m. en el Estadio Fútbol Club (Av. Nicolás de Piérola 938 – Plaza San Martín) para una noche de conversa, baile y harrrrrta chela.
P.S.: Que ¿por qué he escrito a veces 30 y otras treinta?, es que no me hago la idea de ver ese número, se ve mejor escrito…treinta, jajaja. No pesa mucho y se siente mejor :)

viernes, 12 de noviembre de 2010

Cerca a mi cumple: mi perro, mi hija y el principito azul


Tengo muchos temores en mi mente, estoy a semanas de mi onomástico...no puedo mentirme tengo miedo.

Miedo de muchas cosas: de hacerme vieja, de no ser buena madre, de no ser buena hija, buena hermana.

Siento muchas cosas, un cosquilleo horrible que no me deja estar tranquila...en fin, tal vez son ideas mías, tal vez son cosas de la edad.

Mis únicas alegrías son mi enana, linda, graciosa, tierna...y mi ilusión...aquellos ojos en los que me veo y me rio. Y es que reír es tan fácil cuando estoy a su lado, siempre tiene una gracia, algún gesto que hace que las risas fluyan con una facilidad increíble.

Lo miro y a veces creo que es tan pefecto, tan inteligente, gracioso, con una voz seria y dulce, que simplemente me derriten. Está tan dentro mio, en mi corazón, que pensar en el se hace fácil, tan fácil.

El príncipe azul, me tiene hechizada, y es que es tan azul, tanto como el mar que me encanta, con sus olas y su vaivén, con su fuerza y quietud.

El chico azul, me perturba, a veces lo siento tan cerca mío, a veces tan lejos, tanto como el mar.

Estoy a semanas de mi cumple, 30 años...con futuro prodigioso en mi carrera (así me dicen mis locos amigos), con una hija linda, una familia loca y un perro negro peludo que es mi vida.

Para ser sincera: mis 3 grandes amores son mi perro, mi hija y el...el principito azul. Si, en ese orden: que me perdone Diosito, pero mi perro es mi adoración, tengo fotos y fotos de mi perro y por cierto no he subido muchas a mi facebook...creo que por temor a que se me vaya, Yogui (así se llama mi niño) ya va por los 7 años, ya tiene barbitas blancas, canitas y no está tan juguetón como antes. Crecí a la par con el. El me ha visto llorar cuando me fui de la casa y quize mandar a la mierda todo, me ha visto reir cuando ingresé a la universidad, me volvio a ver llorar cuando terminé con el padre de mi hija y me volvio a ver reír cuando le dije por primera vez a alguien, a el por cierto, que estaba embarazada.

Si, mi perro fue el primero en enterarse que estaba embarazada, mi Yogui atinó a ponerme su pataza encima y abrazarme.

Tal vez, se nos pasa el tren a ambos, tal vez siento que mi pena es menor cuando estoy a su lado...y es que jamás he visto a mi perro como eso, un perro.

Yogui es como mi hermano, juntos hemos pasado todo, risas y llanto, ambos estamos envejeciendo juntos...y si me falta, no podré seguir sola o me costará mucho seguir.

Prefiero celebrar mi cumple junto a mi perro, mientras me falte amor, un abrazo del principito azul y mi vida resuelta en un pergamino...siempre me ha gustado esa frase. No se si la escuché o yo la inventé...pero hoy como nunca siento que necesito mi vida resuelta en un pergamino...con mi hija, mi perro y el principito...que quisiera que fuera el...el principito azul de mi cuento...el tan azul, tan gracioso y tan lindo.