jueves, 29 de marzo de 2012

Todo es un proceso




Mi historia de locura empezó así:


Martes 9 de septiembre de 2008 - Conversación por el msn, declaración por la red


Se astuta, me dejaste como premisa de una última línea de conversación en el msn, luego desapareciste te desconectaste y mi mundo volvió a cero.
No pretendo ser mártir de ningún sentimiento y tampoco pretendo mellar tu mente con mis susurros tal vez incorrectos. Pero es sofocante no poder decir lo que llevo dentro, tal vez hace tiempo, tal vez hace un par de años. Yo te admiro, como un niño a su padre, como un aprendiz a su maestro, como un alumno a su profesor.
No sé si sea correcto, pero me salió del corazón, de aquí adentro, donde no hay mallas, ni ataduras, donde los latidos y el sentir fluyen libremente, aunque eso signifique perderte de algún modo. No pude callarme más, necesite decir te quiero, te admiro, eres maravilloso... y si levanté tu ego, quisiera entrar en tu alma, saber que hay en ella para que este tan cerrada. Quisiera entenderte, quisiera a veces solo callar y oírte. Como lo hacía muchas veces atrás, verte, escucharte, reír a tu lado y aprender, conocer, intuir.
No pretendo que leas esto, capaz nunca lo hagas, pero necesitaba expresar de algún modo, este nudo que está en mi garganta. Este nudo que me aprieta, que me atrapa, que socava la más mínima esperanza de que algo salga de este enredo, de esta conversación por el msn, de esta declaración de amor por la red.


Jueves 11 de septiembre de 2008 - El, ella, Grisélida y la soledad


El dejó de respirar y ella sólo pudo contener el llanto. Había prometido una noche antes no perder la batalla, no dejarse vencer, pero más pudo la soledad que se llevó su último suspiro.
Perdió la batalla de nuevo, su alma destrozada yacía en el remoto rincón de grisélida, aquel mundo al cual se transportaba cada vez que la mente flaqueaba y las lágrimas caían solas de tanto contener el dolor.
Él, no supo explicar que sentía por ella, no le dijo nada, solo agradeció el hecho de decirle lo que por el sentía, ella desgarrándose el corazón sólo atinaba a disfrazar con palabras alegres su dolor. No le reprochó nada, no tenía porque hacerlo, era ella la que se había enamorado de él, no el de ella, el no la había visto nunca con otros ojos que no fueran la de amigo, era ella la que había comprendido mal el mensaje, era ella la volátil soñadora, de mente efímera, de sentimientos como pompas de jabón la que se apagaba como cada burbuja, con cada palabra leída.
El nunca comprenderá cuanto significa para ella y ella jamás podrá volverlo a ver como antes, ya no habrán salidas a almorzar, ni a charlar, ni las clásicas conversaciones del chat por la noche.
No, ya no las hay, y quien diga que todo va a estar bien, que ya pasará, dice la verdad. La pregunta es cuando, a qué hora, en que día.
Ella no sabe ni siquiera a qué hora, de que día cambió sus sentimientos por el, el.., no sabe cuánto lo ama ella, el no sabe que ella reza por las noches, que pide que se acabe su amor por la alcoholemia, que quiere verlo contento y feliz con el futuro que tanto anhela, con una persona que comparta su vida y su vejez.
El solo dijo que olvidara, que no había problemas, que la amistad está intacta, que se olvide de los traumas.
Ella sólo piensa con quien conversa tan alegremente por el chat, como volverá a verle la cara, como podrá restaurar la amistad quebrada.
Escucha su voz y un nudo se le hace en la garganta, escucha su voz y su cuerpo tiembla, no por el hecho que lo ame, sino por el hecho que lo tiene tan cerca.
Ella le pidió que olvidara lo dicho, el acepto y ella con el dolor de haber perdido se marcha a casa con la sombra del olvido. Grisélida le espera al llegar a casa, cuando todos duermen y ella se levanta, dormitada y nerviosa, entra de nuevo a ese mundo, tan suyo, tan de siempre y se queda con ella hasta el amanecer, hasta que el primer rayo de luz de la mañana la levanta y cual amante furtiva, con pasos se aleja de ella y vuelve a la realidad.
El debe estar en un bar embriagando su soledad, ella pensando en el, pide que no le vaya nada mal. Ella lo espera de algún modo, de alguna forma, así sea en su mente, el ahí está. Las horas pasan y ella vuelve a respirar, el aroma más profundo, el aroma de la soledad.


Lunes 22 de septiembre de 2008 - No quiero que me abandones


Tenerte tan cerca y a la vez tan lejos, escucharte, ver tu sonrisa clandestinamente desde un ángulo no muy bien definido. Observar tus movimientos, tu coqueta gracia casi de un niño con aires de grande o ¿eres grande con aires de niño?, no sé cómo definirte exactamente es que aún no te conozco completamente.
Cuando te conocí eras un gracioso personaje, amable, carismático, vehemente...esas épocas cuando casi era un paño de lágrimas me traen buenos recuerdos, me rio, a veces pienso como podías confiar tanto en mi. Otras veces siento que simplemente me gané tu confianza y cariño.
Anoche recordé tantas cosas y eran solo eso recuerdos, tu ya no estás cerca, me has abandonado con mis sentimientos y lo entiendo, aunque duela porque no quería que me abandones, porque no quiero que me abandones, porque simplemente estás en mi mente, siempre, siempre presente. Eres una vitamina, droga, ansiolítico, no sé. Solo necesito oírte, tenerte cerca, escuchar tu voz, es por eso que de una u otra forma soy feliz, porque te tengo cerca, porque no quiero que me abandones, hoy, al menos no.


Martes 23 de septiembre de 2008 - Con el corazón en la boca


Hoy fue un día muy especial, estuve ansiosa desde que desperté, era como si supiera que hoy algo pasaría. Bueno o malo, no lo sé, pero sabía que hoy era uno de esos días que apuntaría en mi agenda con una linda carita feliz, lo que significaría que era uno de esos días memorables en mi recuento de fin de año.
Tengo la costumbre de contar a fin de año cuantas veces estoy alegre, cuantas triste, cuantas fatal. Casi siempre no llegan a 10 caritas entre alegres :), tristes:( o fatales :P.
Hoy es una súper doble :) me armé nuevamente de valor y me acerque a él, a mi Calamaro peruano, sentí su risa sobre mi aura, sentí el corazón a punto de salirse por mi garganta, simplemente estaba en un trance de éxtasis terrible. Mi alma fácil había dado una vuelta a la esquina, se había ido a pasear por ahí y yo ni enterada.
No lo vi almorzar y fui en busca de algo para que su estómago no terminara por devorarse a sus intestinos, jajaja, me acerqué a él y simplemente dije: come. Luego di media vuelta y me fui casi corriendo, porque el atrevimiento de haberle hablado luego de mi declaración de sentimientos por el me tenían tensa, no podía verlo a la cara y creo que no podré verlo a la cara nunca.
Dios mío, nunca fui tan feliz como hoy, y es que cuando se está enamorado creo, no te interesa si el mismo galán de telenovela pasa por tu costado y te dice: hola. Se sincero, a ti solo te importa que esa persona en la que tú has puesto tus ojos, vea por los tuyos, mire a través de ti.
Mi corazón estaba en la boca, mientras tecleaba por el msn la conversación que empecé a iniciar, un gracias rotundo, tan simple y claro como mi: come, fue la respuesta.
Luego empezamos a conversar normalmente como antes, como si nada hubiese pasado (bueno en si no pasó nada, el no siente lo mismo que yo..o eso creo por ahora) entre los dos, me refiero al roche luego de saber algo tan simple como: oye me gustas, te quiero, puedes ser tan idiota de no darte cuenta.
Todo estaba tranquilamente, la amistad en si estaba intacta y yo con el corazón en la boca, solo pude decir para mí misma, hacia adentro...si antes te amaba...ahora te amo más que antes :)


Viernes 3 de octubre de 2008 -


Viendo las nubes por mi ventana...estado: en las nubes


Hoy puede haber una guerra mundial y me interesaría un pepino, mi mente está en otro mundo, en otras cosas. Sería el estado en las nubes, en la ventanita del Messenger. Mi alma está volando, mis pies caminarán en suelo firme pero los siento en el aire. Fue un día maravilloso y no me arrepiento de nada, cada segundo, cada instante fue mágico.
Supe que soy importante para él y él sabe lo importante que es para mí, sabe que mi mundo es loco como el de él y sabe también lo loco que es mi querer y mi cariño. Ambos conocimos más de cada uno, ambos estamos locos y sabemos que lo estamos y no importa nada más.
Cable a tierra me llamó, amiga, confidente, compinche. Sé que lo soy y sé que yo estoy ahí siempre, siempre para él, apoyándolo, escuchándolo, riéndome con el del mundo, de los tontos, de la locura. El ahí cerca y yo junto a él. Hoy luego de dos días, nos vimos otra vez y una conversación me dejó más que clara las cosas...yo estoy ahí siempre para él, como él para mí.
Y no puedo ser más feliz, no puedo estar más en las nubes que hoy, que ahora. En las nubes por ti …viendo las nubes por mi ventana, en las nubes por ti, en el estado de las nubes.


Viernes 10 de octubre de 2008 - Como aprendí a quererte


La sinceridad que nos caracteriza no pudo dejar nadar a los sentimientos primordiales del ser humano. No pudimos resistir y terminamos hablando del tema que quedo pendiente. Escribo esto mordiéndome los labios para no demostrar que me dueles, que me heriste. Pero sabía a qué guerra me metía, sabía en qué mundo estaba, sabía quién eras. ¿Que pretendía?, que me quisieras?, que te enamoraras de mi simplemente por haber encontrado los cuerpos una noche. No esto no está pasando, no me he vuelto a tropezar con la misma moneda que cae por el lado de la soledad, no, todo está bien, intento que este bien, no quiero que cargues con cargos de conciencia, no tienes por qué tenerlos. Si lees esto algún día, solo quiero que sepas que no tienes la culpa de nada, yo inicie esto, cuando deje seguir la luz verde, cuando debía estar en roja.
Fui yo la que dijo, te amo, no tu, tu nunca mentiste, nunca dijiste algo así, solo que soy importante para ti y que me quieres como mierda, jajaja. Esos no son indicios para saber algo de cariño o amor, sé que soy casi tu mejor amiga, pero MALDITA SEA!!! No quería ser eso, quería ser simplemente una mujer a tu lado, una amiga, una amante, una mujer callada que viera lo que pasa a tu alrededor y pudiera ayudar en algo como tantas veces, tus locuras. Solo quería eso, solo verte, callada cuidarte y saber que ahí estoy cada vez que tú me necesitas, aun sé que estoy ahí cada vez que me necesitas, lo estaré siempre, dejando de lado todo.
Simplemente por algo que no pude escribirte ni decirte, por miedo, por temor de que te alejes de mi como lo estás haciendo, no pude escribirte ni decirte que te amo, te amo así loco, bohemio, zafado, sin razón y con tus sicosis, así, simplemente así...yo te amo. Pero claro esas son razones que tú no sabes ni conoces, ni sabrás, solo si vez esto, o alguna vez lo lees y te palpitará el corazón al saber que alguien te quiere como no te ha querido nadie tal vez.


Miércoles 18 de febrero de 2009 - Entre el concierto de Calamaro y el


Quince minutos separaban al argentino del horario exacto del concert. Precioso con el cabello rizado en toda la cara. Cuando canto sexy y barrigón juro por Dios que yo estaba en el éxtasis total. Fui al concierto sola, como aguerridamente voy al cine cuando hay una película que me aloca, mientras veo de reojo los lengüeteos y ninguna pareja concentrada en la película en fin. Calamaro inicio el concierto y solo empecé a pensar en todas las canciones que quería dedicarle, agarre mi celular lo llame y el empezó a escuchar: Tengo cada insensatez, y me puedo equivocar, pero no me equivoque contigo... yo cantándole, gritándole Minibar, cantándole como loca, explicando de alguna manera tanta insensatez por tenerlo entre mis brazos. Luego no quiero que se termine, no quiero que me abandones, le cantaba los aviones y luego soy tuyo...sé que él me hablaba, pero sinceramente no se que decía con tanta bulla no se escuchaba, no le pregunte que sintió luego cuando le dedique medio concierto. Paloma se la dedique a una amiga y un tango a un gran jefe, luego una bailable a la loca diagramadora y ahí finalizo el concierto. A mí me pareció que él estaba a mi lado siempre, llore, cante, grite, le grite por teléfono: te amo, te amo carajo, no lo puedo evitar. Al salir del concert lo llame, quería verlo, pero no estaba donde debería estar, o simplemente ya no quería complicaciones conmigo. No sé nada de él desde ese día, luego una llamada por mi cumple fue lo único que recibí, nada más, luego ahora sí, nada.... ya no estoy cerca, el se alejo de mi, cada quien va por su camino y yo me siento como el novio del olvido…aunque nunca lo fui.


Miércoles 11 de marzo de 2009 - Mi amado Mr. ...


Mi amado Mr. ... debe estar al borde de la locura con el ajetreo del comienzo de clases, debe estar psicoseado de tanto piense y piense como generar más dinero y no morir en el intento. Tiene tantas ganas de soñar, de no levantarse un día y estar como un caballo tirado en el sillón, olvidándose de la educación y comiendo como un cerdito.
Según sus propias palabras el sueña con la tranquilidad, con despertarse un día y no ir a trabajar, alguna vez soñó conmigo y pensó así como es, así hará el amor?, tuviste el descaro de preguntármelo un día. Rojos los dos, viéndonos a los ojos, palteados, llenos de deseo esa noche, con la libido al límite, con los cuerpos estrechados de tanto amar. Sentiste mis locuras, mis sentimientos y el latido de mi corazón mientras estaba a tu lado, un dulce beso me diste en la puerta del depa al despedirme y solo una sonrisa era testigo de esa locura salvaje, como tú la catalogaste. Salvajes son mis sentimientos por ti, salvaje es la idea de no saber de ti y pasarme medio día preguntando si estás bien a alguien que te conoce.
Mi amado Mr. ..., solo deseo que todo te salga bien, mi dulce y amado, loco y chiflado Mr. ...


Miércoles 9 de diciembre de 2009


Mister..., es loco, bohemio, mujeriego, ebrio. Obviamente la conversación de Mister ..., es mucho más productiva. Mister ..., es alguien que ha marcado mi vida de muchas formas, no sé si para bien o para mal, pero debo aceptar que me duele horrores su indiferencia, pero puedo reponerme y levantarme al final del día y seguir. Sé que no estará cuando yo lo necesite, pero sé que estaré cuando el necesite de mi, a veces me recuerda y tengo que chantarme horas de conversa, que al día siguiente olvidará, porque estaba completamente ebrio la noche anterior.

Viernes 2 de abril de 2010 - Solo Mister ...


Definitivamente pueden aparecer en mi vida mil hombres, con maravillosas virtudes, buen comportamiento, dulzura, alegría y demás aspectos. Sin embargo, yo solo tengo ojos para Mister ... Esta semana santa, pensé mucho en el, como lo estará pasando?, ¿estará bien? Mis ojos están ahí con él, a su lado, cuidándolo así sea mentalmente. No lo he visto desde hace nueve meses y dos días, lo he escuchado hace dos semanas por el teléfono. Me hace falta, lo quiero, deseo tanto abrazarlo, decirle que es mi vida, que lo adoro con todo mi corazón. Pero prefiero ser silencio, no quiero decirle que lo quiero, prefiero no verlo, hacer cuenta que no me afecta, pero sí, me afecta, me jode, me duele no verlo, no mirarlo, no poder coger su rostro entre mis dedos y decirle: Estoy aquí otra vez a tu lado, como tu tabla de abordaje, como tu salvavidas, como esa amiga que siempre está ahí cuando me necesitas. Como he estado cada vez que pude, cada vez que me pediste no te vayas, no quiero estar solo. Hoy quisiera llamarte, gritarte: te necesito, me haces falta, no quiero estar sola, quiero estar entre tus brazos, acurrucada sintiendo tu respiración en mi oído, riéndonos de cualquier tontería que hablamos, pero a tu lado, junto a ti.
Pero simplemente, estoy harta de sentirme así, tu juguete, tu muñequito, como el gatito que va tras la bolita de lana como estúpido cada vez que la tiran y la vuelven a jalar. Me cansé, si me cansé de amarte tanto, de vivir prácticamente preocupada de ti, de si comes o no por tu gastritis, de si duermes o no por tus ojeras, de si malgastas tu dinero, de si lloras.
Estoy harta de quererte tanto, de haberte amado, como nadie lo ha hecho...eso me dijiste una vez. Pero carajos, no te diste cuenta, no te das cuenta y sé que no lo harás. Tampoco pienso pedírtelo, recuerdo haberlo hecho alguna vez...pero se acabó.... BASTA.
Como te extraño Mister ...eso no lo puedo negar, sería cobarde mi parte, engañarme a mi misma, espero, ojalá, algún día armarme de valor y poder escribir tu nombre aquí con todas sus letras, con la seguridad de haberte olvidado. Por mientras, aún no te olvido y sigues siendo Mister ... y no hay nadie como tú, aún no en mi vida y a pesar que existe un señor ..., no es como tú. Tú... eres único. Porque si, renuncié a ti, pero tengo que aceptarlo que aún no te he dejado de amar... para eso tiene que pasar tiempo y recién voy por los dos meses de hacerme la idea, de que ya no, no más.

Domingo 30 de octubre de 2011 - Ver en tus ojos


Cada vez que puedo verte, que es esporádicamente, solo me lleno de emoción sabiendo que veré de nuevo tus ojos. Tan color miel oscuro, tan lleno de alegría y de pena a la vez. He tenido la suerte de verte llorar, y digo he tenido la suerte, porque siempre te muestras alegre cuando muy adentro, en tu corazón, estas lleno de miedos, de dudas, de pena.
Me dices siempre: estás loca, ¿cómo se te ocurre venir así? y yo atino a decirte: si me pides que venga vendré, así estés lejos, muy lejos. Si me dices: ven. Yo vendré.
Me miras profundamente y te ríes, me miras y me dices: estás loca. Yo sonrío y no te doy la contraria. (Debo estar loca para seguir amándote después de 4 años). Ahora comprendo las cosas más claramente, a mi me gustó alguien pero no me enamoré. Yo sigo enamorada de ti, de tu locura, de cada molécula de ti, todo tú eres mi razón de ser.
Aquel día de un momento a otro recordaste y te pusiste a llorar. Éramos tres: tu amigo, tú y yo. El te decía cálmate hermano, tranquilo, las cosas pasan. Y yo no dejaba de secarte las lágrimas con mis manos, pretendiendo frenarlas, te miraba y te decía llora, si quieres llorar, hazlo.
Me miraste, sonreíste y me dijiste: gracias, por estar acá, por venir a verme. Luego nos fuimos juntos, nos besamos como si no lo hubiéramos hecho en años, tomaste mi rostro entre tus manos y yo hice lo mismo con el tuyo. Me repetiste por milésima vez: estás loca. Y te grité: Siii, si lo sabes, sabes que me tienes loca, que estoy loca por ti.
Sonreíste, me besaste y estuvimos juntos otra vez. Abrazados como siempre, entrelazados, mirándonos, yo besándote los ojos, secándote las lágrimas que se habían desvanecido con mis besos.
Ya había amanecido y me miré en tus ojos, tan tiernos y a la vez tan fuertes, de mirada profunda, profunda como tú mismo. Miré tus ojos y contemplé tu sonrisa, esa que me brindas cada vez que me dices loca.
Me sonreíste y me dijiste: ¿Qué me ves? ¿Qué has visto en mí? Y yo te dije todo, tu risa, tus ojos, tu vida, tu mundo. Yo te amé hace 5 años, me enamoré y preferí dejarte, me aleje porque me lo pediste, y regresé porque me dijiste vuelve.
Si estoy loca, pero de ello tú no tienes la culpa, yo me vi en tus ojos y vi tu alma en tus pupilas, yo vi al ángel que escondes, no al hombre que se muestra frente al mundo. Yo te vi, me vi en tus ojos y comprendí que no podré dejar de amarte...tal vez nunca.

Jueves 29 de marzo de 2012 - Ahora sé que sí…es una cuestión de actitud


Lo vi nuevamente, después de tres meses que para mi eran como años, todo lo que antecede a este post es todo lo que escribí alguna vez por quién derramaba baba, por quién tenía endiosado, por quién pensaba era el hombre ideal. Verlo removió sentimientos, de culpa y de vergüenza, pero también de alegría, de sentirme segura de encontrarme en el mismo lugar con alguien y no sentirme mal, ni con deseos de escapar.
Yo sé q es difícil de creer que alguien pueda olvidar en 4 meses, más de 4 años de sentimientos e ilusiones, pero pude amar mucho, tiempo pasado. Ahora tengo muy en claro que no caminamos nunca por la misma senda. Es cierto, verlo me afecto, pero no como creen imaginarse. Verlo, fue darme cuenta de muchas cosas. De que puedo vivir sin necesitar su presencia a mi lado, llevo más de 4 meses sin ningún tipo de comunicación con él, ni vía facebook, ni celular, ni nada de nada. Yo no lloré lágrimas simples, ese hombre me hizo llorar lágrimas de sangre, lágrimas que no pensé sentir por ningún hombre. Jamás había amado así, ni hecho locuras, ni salido corriendo de mi casa a las 4 de la mañana en busca de proteger a alguien, que muy bien se podía proteger solo.
A veces creo que se dará cuenta algún día, cuando pasen los años – y no lo digo por darme ánimos, ni por esperarlo- sino para seguir cambiando como hasta ahora. Tengo sentimientos encontrados: siento nostalgia, pena y rencor, porque me convirtió en mujer de mala forma, antes de él yo seguía comportándome como una niña, seguía pensando que todas las personas son buenas, que el dolor no existe, salvo cuando pierdes un ser querido. Antes de él, yo creía en la felicidad. Pero cuando el apareció y desapareció de mi vida, me hizo el mundo trizas. Me enseñó que el mundo no es color de rosa como yo pensaba, y yo quería pensar que al menos el amor era así, color de rosa.
No quiero mentirme, de moverme sentimientos me los movió, pero no de la forma loca cuando el corazón late a mil ni nada por el estilo. Sigo siendo la misma chica tonta sin rencor -como dice mi madre- no me nace odiar, o sentir cólera, dicen que soy demasiado buena gente, que soy una linda persona. –Antes no me lo creía, ahora sí - Hasta el mismo me lo dijo, soy demasiado buena, noble y linda.
Así que esta mujercita, empieza a vivir la vida, aprendiendo de cada lección vivida y de sus errores, aceptándolos, pero sobre todo siguiendo la senda que ya se trazó. Porque como dice la letra de una canción de los Héroes del Silencio: …por una vez, lo que siempre soñé, hacer, prometerme, construir una senda…que pueda recorrer...

martes, 27 de marzo de 2012

El cuento de Cenicienta en la vida real





Creo fehacientemente que la madrastra del cuento de Cenicienta, no era mala. Que la trataba así porque quería que fuera valiente y solo tratándola con dureza podría afianzar su personalidad y hacer de Cenicienta una mujer con ideales y carácter.



Cuando conocí a Maribel, fue de una forma bastante extraña y no era la mujer que volví a ver 4 años después. Maribel había perdido su mirada de niña y había ganado una mirada profunda de mujer que acompañaba a la experiencia que ya se veía en sus ojos y en su andar. Casi automáticamente se convirtió en una madrastra para mí, me dijo de todo, me hizo llorar miles de veces, pero también había momentos donde su mirada y tono de voz eran dulces, donde sentía que tenía ganas de abrazarme pero no lo hacía y gracias a eso, yo soy otra ahora.


Recuerdo claramente y de memoria una de sus conversaciones que me dejó totalmente deshecha “…No me das pena, tal vez antes si, ahora no. Quieres ir llorando por el mundo y que las personas te tengan lástima ok, pero yo no te tengo lástima. Si quieres tírate al suelo, ponte a llorar, sigue así mamita, pero a mi tu no me das pena…” Juro que en ese momento solo necesitaba un abrazo pero ella no me lo dió, me miró fijamente y con cólera, luego salió de la habitación…y yo, no sé por qué razón, si por rabia o por orgullo, me sequé las lágrimas y me juré no llorar tan intensamente por un hombre, nunca más.


Ella, no sé si por carácter o convicción, me cambió en tres meses, nadie había hecho eso conmigo – o como dicen tal vez era yo quien no quería cambiar- pero ella con cualquier cosa menos ternura hizo que yo diera mis primeros pasos en la seguridad de sentirme sola y por primera vez sentirme tranquila de estarlo. Junto a esa madrastra iba la hija Carolina, que a diferencia de la madre solía ser sutil y agradable. Aconsejaba cuando debía hacerlo, reía si debía, escuchaba callada y atenta y al final cual juez daba un veredicto, ni grave ni suave…era como ir a firmar el cuaderno de los acusados cada fin de mes. Carolina apareció en mi vida hace cinco meses y puedo decir que es una buena amiga, alegre y optimista, que es lo que necesito alrededor. Su alegría es como vitamina para mí, es demasiado contagiante.


En la historia original de Cenicienta también está el hada madrina, y ella indiscutiblemente es Karina. Una amiga que conocí hace exactamente seis años y quién es casi una hermana para mí. Ella a diferencia de Maribel, es quien me ha dado el hombro siempre que llegaba llorando desconsolada a sus brazos, quien me escuchaba hasta altas horas de la madrugada y con quien converso todos los días y se ha vuelto mi inseparable. En mi casa ella tiene la plena facultad de llamar a la hora que desee y conversar horas de horas sobre trabajo, penas, fracasos, alegrías, recuerdos y nostalgias. Karina y yo conocemos las historias de ambas, absolutamente todo, no tenemos secretos porque nuestra amistad llegó al extremo de la confianza plena y total.


A veces el destino te pone pequeñas pruebas en el camino y ayer superé una a la cual le tenía mucho miedo, pero me di cuenta que sí, que Fito Páez tiene razón: Que es una cuestión de actitud. Ayer comprendí que lo que me decía mi abuelita era cierto, que todo muerto tiene su tiempo para velar, enterrar y llorar. Yo no sé si habré enterrado a mi muertito pero al menos sé que él ya no es el sol para mí y ya no giro sobre él, que ayer pude superar mi temblor de piernas y mi nudo a la garganta y que por primera vez puedo estar en el mismo lugar y estar tranquila.



Esa tranquilidad no hubiera llegado a mi vida sin personas como Maribel, Carolina y Karina, quienes siguen estando ahí, y sé que no me dejarán caer si tropiezo. Aunque he decidido no volver a tropezarme en los mismos lugares, porque las cicatrices duelen y tardan en cerrar, pero lo mejor de esas caídas, es que nunca te dejan olvidar lo que pasó. Y por eso estoy aprendiendo a caminar de nuevo, porque solo así me fijaré detalladamente donde piso, y si me caigo se que miraré bien en dónde fue para no volverme a caer si es que paso por el mismo lugar, porque ahora estoy en mi etapa Cenicienta...y el traje andrajoso que tenía ya no está más.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Enrique Bunbury, mi principio y mi fin



(Crónica completa sin guardarme mis detalles).




Enrique Bunbury, es para mí, una historia aparte en la música. Y es que un artista suele ser una historia en el mundo de una persona si es que ha significado parte de su infancia o adolescencia, o momento mágico de un recuerdo en la memoria. Bunbury es eso para mí, es parte de mi historia, como lo es Gustavo Cerati y Andrés Calamaro, ellos tres son mis ‘mosqueteros del rock’.

Cada uno ha estado en un momento crítico de mi existencia, pero Bunbury es un tema aparte para mí. Bunbury es el ‘Alfa y Omega’, el principio y el fin. Con el le dije hola a un ser que ame con todas las fuerzas de mi corazón y con el mismo también decidí decirle adiós. Por eso creo que cubrir ese concierto era tan importante para mí y a su vez tan trágico.

Ese miércoles 07 de marzo escuché a La Guardia Vieja, los teloneros que el propio Bunbury eligió para que lo antecedieran, desde los exteriores del Centro de Convenciones del Hotel María Angola. Habíamos llegado atrasados y toda la prensa hacía filas para ingresar a cubrir el evento. En exteriores el público se ‘sazonaba’ con cervezas, cigarros, chicles. Las parejas se abrazaban, los amigos cantaban para ir calentando gargantas previo al concierto de las 9:30 p.m. aún eran las 8:03 p.m. las colas eran largas, rodeaban todo el local y continuaban doblando la esquina hasta llegar al estacionamiento del lugar y más allá seguía creciendo.

Cuando ingresamos al local nos acreditaron con una cinta de la productora Kijada Records, mientras nos indicaban las ‘reglas del juego’, solo se podían grabar las tres primeras canciones del concierto, después nada y al término mismo de la tercera canción, cámaras afuera, órdenes eran órdenes, así que con caras largas, los colegas aceptamos. Claro que luego de sacar las cámaras los periodistas podíamos regresar a disfrutar del concierto como cualquier mortal y olvidarnos del informe para nuestros respectivos trabajos.
Kijada Records empresa coproductora del evento, se unió a Zafiro Internacional para aunar esfuerzos y traer al ex vocalista de los Héroes del Silencio, quien apareció prácticamente puntual. Su concierto estaba programado para las 9:30 p.m. y él salió al escenario a las 9:32 p.m. sorprendiendo a todos los asistentes que estamos acostumbrados a que los artistas hagan su aparición hora y media después de cómo está programado el espectáculo.
El instrumental El Mar, El Cielo Y Tú fue el tema que dio inicio al concierto del Licenciado en Cantinas, como el mismo Bunbury se autoproclamó en una entrevista donde le preguntaron ¿por qué el nombre de Licenciado Cantinas? para esta producción discográfica. A lo cual el mencionó que en lo único que se había licenciado era en las cantinas y en su recorrido por ellas.

El Mar, El Cielo y Tú, me trajo muchos recuerdos, recuerdos de la última vez que vi a este ser que había amado tanto. Nos vimos en el mar, después de mucho tiempo, el habló y habló, y yo como siempre me quedé petrificada viéndolo. Me besó, yo le respondí y le dije que sería la última vez que nos besaríamos. Había decidido no sufrir más por el, cuatro años eran suficientes.

Luego de ello siguieron los temas Llévame y El Solitario (Diario De Un Borracho), calentando lo que depararía este concierto donde una calavera nos miraba a todos desde el final del pedestal del micro con que cantaba Enrique. Si, había una calavera al final del parante del micrófono –no sé si real o ficticia, no se apreciaba desde mi ubicación- pero hacía juego con las otras calaveras estampadas que envolvían el parante del cantante y la indumentaria negra con estampados en llamas con la que se presentaba Bunbury en el escenario.

Mientras tanto, yo recordaba una de las canciones que cantaba a todo pulmón en mis reuniones con los amigos de la cuadra. Una sonrisa se dibujó en mi boca. El famoso Diario De Un Borracho sonaba tan distinto al que yo cantaba y bailaba. La cumbia de Alfredo Gutierrez era la que yo había oído por primera vez y era una versión muy distinta a esta. Era la misma letra pero la melancolía que le ponía Bunbury no tenía nada que ver con el jolgorio con que yo bailaba esa canción cuando tenía 22 años.
“…Voy a escribir en mi diario/ Que voy vagando por el mundo/ Ay que dolor tan profundo/ Vivir triste y solitario/ Se que nadie me quiere/ Solo con mi pensamiento/ Ay con tanto sufrimiento/ Así cualquiera se muere…” “…Si me besan y me entregan su querer/ Se me alejan para hacerme un infeliz…” no negaré que grité esa canción recordando a cada infeliz que llegó a mi vida para desgraciarla, ¿cómo no cantar una canción así con sentimiento? No era solo yo, todo el público cantaba con esa misma emoción y liberé con El Solitario (Diario De Un Borracho) mis demonios del pasado, mientras que Enrique Bunbury saludaba por primera vez a su público con un “Buenas noches Lima, presento Licenciado Cantinas”, generando la loquería de los asistentes.

Hay que dolor más profundo/ Vivir triste y solitario... nadie sabe eso más que quien lo vive. Y yo para mis 31 años he tenido una vida bastante solitaria. tal vez por eso entiendo a quienes se emborrachan, tal vez por eso yo también me emborracho. El hecho de salir de la realidad a través de la cerveza puede ser un ansiolítico bastante comprensible.

Desde la ubicación de la prensa (tercer piso) se podía apreciar todo, tenía una vista panorámica del local y por supuesto del escenario. El público se calentaba gritaba “Enrique, Enrique, Enrique” al estilo de los coros en el estadio y Bunbury solo miraba, incrédulo, de recibir tanto cariño después de tanto tiempo. -Recordemos que Enrique Bunbury no regresaba a nuestro país desde el año 2009-. Fue ahí cuando dio el segundo saludo al público, diciendo “Es un orgullo para mí compartir escenario con la música criolla”. Lo cual obviamente generó el griterío de la fanaticada, los aplausos y nuevamente el coro de “Enrique, Enrique, Enrique” que se hizo presente en diversos momentos del espectáculo. Toda su fanaticada lo venía a ver luego de tres largos años, y si bien es cierto todos querían escuchar algo de los Héroes del Silencio, eso no significaba que no gritaran y cantaran las canciones de su etapa solista, todo el público gritaba cada canción demostrando que era el público que sigue al ‘Enrique músico’ y no al ‘Enrique Héroes’. Eso quedó demostrado cuando todo el local del Hotel María Angola retumbaba con el cantico de La Señorita Hermafrodita y El Extranjero, y ahí en ese preciso momento que el público estaba salivando adrenalina pura, Enrique nos regala Ódiame y esa fue también la clave para sacar a todos los periodistas. –No podíamos quejarnos, nos habían dicho tres canciones y nos dejaron grabar cinco, pero la verdad, esa era la canción que todos los periodistas peruanos estábamos esperando, la canción peruana que suena más ahora, gracias a Enrique Bunbury. Pero ni modo, como suele pasar en el fútbol ‘Jugamos bonito pero perdimos’, nosotros ‘Grabamos bonito pero nos sacaron’-. Podría asegurar que todos los periodistas salieron cantándome Ódiame, pero a los organizadores del evento por tal injusticia.

“…Si tu me odias quedaré yo convencido de que me amaste mujer con insistencia/ pero ten presente de acuerdo a la experiencia que tan solo se odia a lo querido/ pero ten presente de acuerdo a la experiencia que tan solo se odia a lo/ querido...” las más de dos mil personas gritaban esta canción como himno, casi casi con locura, ¿Quién no ha sentido la letra de esa canción y la ha pedido incluso? A mí me han dicho que no me odian, eso significará que ¿no me amaron?, me decía un chico que estaba al lado mío en el concierto. A mí tampoco me odian o bueno eso es lo que me han dicho le respondí yo, nos pareció graciosísimo y nos reímos.

Yo cantaba casi pidiendo mentalmente que me odies, que me odies con toda tu alma, para confirmar que alguna vez me quisiste algo, aunque sea un poquito...que no fuí una más en tu lista casual del amor, que las veces que habíamos estado juntos, tu eras sincero. Pensaba, ojalá tengas algo de odio por mi...eso significará que me amaste siquiera un poquito.

Luego del éxtasis llegó Los Habitantes del álbum del 2010 Las Consecuencias, con el cual dio la leve sospecha que tal vez podría interpretar más álbumes anteriores e incluso –algunos avezados mencionaron la posibilidad- de los Héroes del Silencio. Y yo entré en shock.

No quería escuchar al Bunbury Héroes, no lo hubiera podido soportar. Héroes del Silencio fue lo que escuchamos la primera vez que yo hice el amor y el tuvo sexo. Héroes nos había marcado, había marcado nuestra pequeña historia de...algo...no sé como nombrarlo...ahora ya no lo sé. Pero estaba segura de que no podría escuchar a los Héroes, me quebraría, ya de por si estaba quebrándome, sino fuera porque mi amiga me regresaba a la realidad apretándome el hombro o diciéndome : ¿Estás bien?. Héroes del Silencio me traía a la mente Senda, En nombre de guerra, La Carta...y tantas otras canciones que habíamos escuchado juntos...que habíamos bailado, abrazándonos, mirándonos a los ojos, besándonos con ternura. Pero Orfeo me regaló misericordia y no dejó que Bunbury llegara con algo de los Héroes...para la tranquilidad de mi alma...que de por si ya estaba atormentándose con ese concierto.


Siguieron Big-Bang, No Me Llames Cariño, Ánimas, Que No Amanezca, Solo Si Me Perdonas, y con cada una yo seguía mi recorrido al pasado “…Cuando buscaba tu boca, el viento se llevaba mis besos/ se estrellaban contra una roca de obsidiana pura/ dejándome el alma rota, llenándome de amargura…”, escuchar No Me Llames Cariño fue una catarsis para mi, un dejavú, no pude contener derramar una lágrima -y es que a diferencia de todos los mortales que estaban en ese local al igual que yo cantando y recordando a que chica o chico le cantaron esa canción. Yo pensaba en mi mamá, a la cual le cantaba mil veces esa canción pidiéndole tiempo, diciéndole escúchame, rogándole hazme caso-.


Como sufría con esa canción cuando tenía 15 años. Recuerdo que cantaba siempre: Cuando buscaba consuelo, tú no me escuchabas/Nunca era el momento para mis depresiones/Demasiados lamentos, demasiadas discusiones... Esa canción era como gritarle a mi madre: No me llames cariño ahora que soy grande, ya no necesito de tus mimos, ya no tengo 6 años, ni 12...ahí te necesitaba, ahora no necesito caridad. Ahora cada uno en su lugar.



Y llegó Sácame De Aquí, material perteneciente al álbum Flamingos, el más exitoso de su carrera. De este emanan canciones como Lady Blue, Enganchado a Ti, Hoy No Estoy Para Nadie, ....y Al Final.

Todos gritábamos a rabiar “…Hubo un momento en que pudimos/ Decir que no, que lo sentimos/ Nos debimos confundir/ Escribiremos nuevas reglas/ Esta es la primera de ellas/ Está prohibido prohibir…”. Está prohibido prohibir me decía mentalmente, está prohibido decir no puedo, no lo haré, no me siento bien, ahora me cantaré Sácame De Aquí a mí y no esperanzarme en otro ser humano, así sea mi madre, porque como ella misma siempre me dice: algún día te faltaré, aprende a vivir sola.


Para ese momento ya había remembrado demasiado, muchas cosas habían salido a la luz después de años en el caso de mi madre y con otras canciones había recordado a alguien que luego de amar años había decidido olvidar en meses.


Siguió Que Tengas Suertecita, la cual canté con furia tal que mi amiga atinó a abrazarme, había comprendido el mensaje: desgraciado ojalá tengas suertecita. “…que te conceda la vida/ cada día lo que mereces…”. Debo reconocer que disfrute cantar sarcásticamente Que Tengas Suertecita, así como disfruté cantar El Día De Mi Suerte de Willie Colón o Héctor Lavoe, en la versión rockera de Enrique, que hizo de esta salsa una nueva sensación, sobre todo para los que no somos muy amantes de ese género musical.


Del álbum Las Consecuencias, llegó otro tema nuevamente, esta vez sonaba De Todo el Mundo, y yo recordaba la imagen de quien cantaba esa canción casi como un himno, e instantáneamente me recordaba a mí, cantando la siguiente canción Sí “…esa ternura incierta, aunque me muera en ella/ cada frase con sigilos, cicatriz en melodía/ si no existe huella, y tu carta me nublo…”, “…Y aunque sea solo un gesto/ un guiño solo un beso, inténtalo una vez/ o antes de cada cita mi deseo es que me digas/ siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…”.


Si cariño, mi vida, criatura de rubí, como te quería, como te quería, me decía yo mentalmente. Una canción de autoestima perfecta que bien puede ser cantada a uno mismo, al aprendizaje de conocerse…y porque no a ese ser que se ama. La canción terminó mientras yo me quebré, a pesar de que aquella es una canción bastante alegre. Mi amiga se preocupó -imagino- porque me preguntó esta vez: ¿Te encuentras bien? A lo que respondí con el Siiiiiiiii del final de la canción. Quien ha entendido el verdadero significado de esa canción, sabe de lo que estoy hablando.


Sabe lo que es tener el corazón destrozado y de verdad querer cantar: ¿quién pudo ser?, quiero que seas tu. Dimelo, dimelo otra vez, por clemencia por favor, quiero que seas tu... Tal vez no existas ante la duda de un si. Que canción Bunbury te mandaste con esa. Aquella canción fue mi canción de autoestima y mi canción de amor.


La siguiente letra traía a mi primer enamorado a la mente, y es que él era El Hombre Delgado Que No Flaqueará Jamás. Mientras, yo cantaba aquella estrofa que me gusta mucho por estos días “…Es hora de elegir de morir ajusticiado o jubilado/ y sacudir el aire de los pañuelos de celofán/ y decir adiós a los que se van/ extrañas lealtades compartiendo intimidades…”. Fue así como supuestamente finalizó el concierto para dar paso nuevamente al grito cariñoso de “Enrique, Enrique, Enrique”, con el cual se llevó nuevamente al escenario al rulado cantante de cuarenta y cuatro años que se sigue viendo de treinta, para alegría de todas las féminas –me incluyo-.


Bunbury regresó a la plataforma ataviado de un polo deportivo ceñido – el cual resaltaba su bien cuidada figura para sus 44 años- aquel polo decía: Perú. Así se volvieron a encender las luces azules, moradas y rojas que lo acompañaron en todo el show del tour Licenciado Cantinas, mencionando que venir a Perú siempre es una alegría, que nuestro país es una gran influencia para él, confesándonos que su disco del año 2004 El viaje a ninguna parte tuvo la influencia peruana. Dicha declaración definitivamente coronó el concierto de esa noche para los seguidores amantes del buen Enrique Bunbury, quién remató al público ya emocionado, diciendo “Esta es una de las canciones que escribí en las carreteras de su país, que siento como mío”, dando paso así a Canto (El Mismo Dolor).


Desde que escuché esa canción me encantó, hubiese querido tener la valentía de decir algún día: Canto porque no quiero dar explicaciones, no tengo soluciones/para que tanto preguntar/salto de cama en cama, de boca en boca,de falda en falda. Tengo las mismas penas con las heridas abiertas que siguen sin cicatrizar. ¡Que canción para salvaje por Dios! Es enserio.


Luego vino Porque Las Cosas Cambian e Infinito para finalizar nuevamente el concierto pero el público seguidor de su música no le creyó el final. Todos esperaban la canción que de verdad cierra los conciertos de Enrique …Y Al Final, así como los conocedores de Andrés Calamaro saben que el cierra la mayoría de sus presentaciones con Paloma.


Y así, los espectadores no se movieron, coreaban nuevamente el “Enrique, Enrique, Enrique”, que se escuchó en las dos horas de concierto que nos regaló este extraordinario músico. Y Bunbury regresó por tercera vez al escenario para cantar Vida del álbum Licenciado Cantinas “…Pensarás con todo lo que has hecho/ Que a mi ser podrías sofocarlo/ Para así sentir en ti toda satisfacción/ Pero ya ves que no es así, ni lo será...”. Como disfrute esa letra, la convicción que uno tiene frente a algo, nada ni nadie la puede quebrar.


Cantaba a voz en cuellos: Se que yo soy uno más de tus viles acciones, soportarte es mi lema para ver tu final. Adiós depresión te gritaba con esta canción, adiós maldita pena. Como te gritaba esa partecita que dice: Pensarás con todo lo que has hecho/ que a mi ser, podrías sofocarlo/ para así sentir en ti toda satisfacción/ pero ya ves que no es así, ni lo será. Ya no más mi querida depresión, ya no mas en mi vida. Te dije adiós, porque merezco vivir con alegría, te dije adiós porque ya empecé por fin, a vivir la vida. Te dije adiós porque inicio un mundo nuevo.


Eran las 11:40 de la noche y Bunbury cantó la canción que todos esperaban para poder ir en paz a casa, …Y Al Final. Un mar humano y yo cantábamos a todo pulmón “…Permite que te dedique la última línea/ no importa que te disguste esta canción/ así mi conciencia quedará más tranquila/ así en esta banda decimos adiós…” yo me quedo con aquella partecita donde se dice adiós de la manera en la que lo hacen los valientes, dando la cara, no escondiéndose, como dice la canción “…así se hacen las cosas en mi familia/ así me enseñaron a que las hiciera yo…” pero al final terminas cantando con más fuerza “...y al final/ te ataré con todas mis fuerzas/ mis brazos serán cuerdas al bailar este vals/ ...y al final/ quiero verte de nuevo contenta/ sigue dando vueltas si aguantas de pie…” pareciera que el público le cantara a Enrique, le dijera: No te vayas, quédate siempre y el recíprocamente le devolvía el amor a través de su música y con un ¡¡¡Muchísimas noches y buenas gracias!!!! Para desaparecer del escenario.


Yo recordé que también cantaba: No te vayas, quédate siempre, siempre…pero a diferencia de Enrique, a mí no me escucharon. Y entonces me quedé con aquella partecita retumbando en mi cabeza “…Permite que te dedique la última línea/ no importa que te disguste esta canción/ así mi conciencia quedará más tranquila/ así te digo adiós…”. Enrique Bunbury fue mi ‘Alfa y Omega’, el principio y el fin, con el alguna vez hace mucho tiempo reí a carcajadas y luego lloré a mares, escucharlo era recordar, pensar en alguien, que me había marcado la vida de algún modo, que aún siento me marcó la vida de algún modo.

Esa parte que dice: Permite que te invite a la despedida, no importa que no merezca más tu atención, así se hacen las cosas en mi familia, así me enseñaron a que las hiciera yo. Es muy cercana a mi. Mi padre jamás me enseñó a decir adiós sin retirarse como los machos, y en todo lo que he hecho en mi vida siempre aprendí a decir adiós si decidía irme.


Con Enrique Bunbury alguna vez te dije: hola, y con el mismo Bunbury, te digo: adiós.



No olvidaré nuestras risas en tu cama, tu boca recorriendo mi espalda, mis manos abrazándote por detrás de la espalda, juntándote a mi, viéndote: cariño, mi vida, criatura de rubí. Sueles verte tan indefenso algunas veces y yo siempre jugué a ser tu salvavidas, pero como digo aquí, no olvidaré nuestras risas en tu cama, pero eso no significa que no me olvide de ti. Decidí cantarte son cosas olvidadas y aunque no la escuché en el concierto, hace mucho tiempo lo decidí así.


Eres parte de mis cosas olvidadas, que si, es cierto, vuelven desteñidas, pero en la soledad de mi vida, solo abre la herida del corazón, pero el corazón cicatriza, demora, pero sana al final.



Catarsis terminada, gracias Licenciado Cantinas, rulado Bunbury.