miércoles, 25 de marzo de 2009

Una noche de Primera con mi jefe


La que organiza llegó tarde, replop, me decían...pero ese día hubo tanto movimiento en la chamba que no pude aparecerme a la hora pactada...de todas mangas como dice la frase, hice mi entrada triunfal misma cenicienta..en plan de las 12:13. La gente ya taba empilada, había más de 6 botellas vacías en la mesa...el motivo...el cumpleaños de un grande...César Aquije.

Mi jefe con el rostro alegre de tanto cariño, que se ha ganado a pulso, me estrecho con un fuerte abrazo, tan largo que lo sentí como el de un padre. Mi estimado jefe como siempre le digo, es una persona maravillosa, digna de seguir y con quien aprender mucho más de la vida, que con un simple libro.

En el grupo, muchos de los que estamos y ya no, y también invitados de otros medios se dieron cita, todos con el propósito de pasar un rato al lado de nuestro amigo, mentor y pata, "el chato", como muchos lo conocen.

Donde estoy lo primero que me preguntaron fue: Aquije papá o hijo? Aquije hijo... ah!! el chato, jajaja, la descripción cómica del buen Aquije, como muchos le llaman.

Nadie como el, alegre, difícil de verlo renegando, un señor a carta cabal. Y como caval es su correo, cabal es su froma de ser.

Feliz cumpleaños Cesitar, feliz cumpleaños jefe...vaya donde vaya usted siempre será mi jefe. Porque ese término hay que ganarselo, no solamente serlo...y usted se lo ganó hace muuucho tiempo. Lo quiero mucho, está siempre en mi corazón.

viernes, 20 de marzo de 2009

Remembranzas de La Primera


Pienso en todas las veces que me angustiaba antes de encontrar trabajo, pienso en toda la angustia que deben pasar mis ex compañeros del diario La Primera, lugar donde trabajé y del cual guardo muy buenos recuerdos. A pesar de no recibir mi dinero a tiempo, aprendí mucho, hubo gente que me enseñó, que me dió los tips periodísticos para dejar de ser calichina...el resto se aprende con el fogeo de la chamba me enseñaban.

Mi jefecito, como siempre conoceré al señor César Aquije, me enseñó mucho. Ten paciencia me decía, calmate, no te alteres. Esas palabras me retumban siempre, aún ahora que estoy en otro lado, lejos de todos los compañeros a quienes agarré mucho cariño. Personas como Alessandra con quien compartía chelas y otros secretos y cosas jajaja, tu sabes tu sabes.

Karipiri amiga de lloriqueos y consejos. Mario el de las palomilladas y chistes, jajaja si juan.

Iván quien tenía su página libre para poder redactar y ayudarlo, Martín que me enseñó lo poco o mucho que se, Vilma quién me pedía ayudarla con su remate de notas, Marco con quien conversaba donde sería el point para ir a tomar, en fin...muchos a quienes llevo y llevaré siempre en mi corazón. Los quiero muucho y se que pronto las cosas se solucionarán.

Los llevo siempre conmigo, como si estuviera ahí, redactando, bajando mis fotitos de agencia, ayudando a diagramar.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Mi amado Mr. M


Mi amado Mr. M debe estar al borde de la locura con el ajetreo del comienzo de clases, debe estar psicoseado de tanto piense y piense como generar más dinero y no morir en el intento. Tiene tantas ganas de soñar, de no levantarse un día y estar como un caballo tirado en el sillón, olvidandose de la educación y comiendo como un cerdito.

Según sus propias palabras el sueña con la tranquilidad, con despertarse un día y no ir a trabajar, alguna vez soño conmigo y pensó así como es, así hará el amor?, tuviste el descaro de preguntarmelo un día. Rojos los dos, viendonos a los ojos, palteados, llenos de deseo esa noche, con la libido al límite, con los cuerpos estrechados de tanto amar. Sentiste mis locuras, mis sentimientos y el latido de mi corazón mientras estaba a tu lado, un dulce beso me diste en la puerta del depa al despedirme y solo una sonrisa era testigo de esa locura salvaje, como tu la catalogaste. Salvajes son mis sentimientos por ti, salvaje es la idea de no saber de ti y pasarme medio día preguntando si estas bien a alguien que te conoce.

Mi amado Mr. M, solo deseo que tengas una M de maravilloso, que todo te salga bien, mi dulce y amado, loco y chiflado Mr. M.