sábado, 21 de septiembre de 2013

El penal que todos llevamos dentro

Por cuestiones de trabajo tuve que visitar un penal -la verdad que hace muchos años atrás visité uno también- y me impactó ver la realidad que ves en la misma calle. Después de dos horas de viaje llegamos al penal de Huaral donde 25 Taytas me esperaban. Creo que todos saben que un Tayta es el jefe máximo de un pabellón. La cosa que 25 lindos chicos estaban atentos mirándome y esperando que michi venía a decirles.

Afuera otro grupo de muchachones jugaba fútbol, mientras que nosotros estábamos rumbo al auditorio, ahí pusimos un video institucional de que es la Teletón, a quiénes ayuda, en cuántos lugares está, etc. Luego los miré y dije: yo puedo meterles floro pero las imágenes no, menos los videos, quiero que vean el siguiente video y de ahí me dicen lo que piensan. Entonces les puse el video de los casos de la Teletón. Los niños y los testimonios de sus terapeutas y sus padres. Terminó el video, era yo y ellos y Dios que debía poner en mi garganta las palabras adecuadas para poder llegar.

Solo se me ocurrió decir lo que creo que todos de alguna manera pasamos, somos presos de nosotros mismos, y somos presos porque el solo hecho de tragarte algo y no decirlo te hace preso, callar te hace preso, aparentar te hace preso, y los niños y ellos, ambos eran presos. Ellos presos de su libertad en un cárcel, los niños presos de sus sillas de ruedas. Dije lo que pensé que debía decir, no sé si para bien o para mal, pero me creyeron y apostaron por apoyarme, la otra semana tengo que volver para ya entrar en sus vidas directamente. Ya no estaré en un auditorio sino en los pabellones, entraré a cada rincón de sus hogares, conversaré imagino más detalladamente con ellos, me reiré y nuevamente miraré sus rostros con sus ojos puestos en mi y en lo que decía.

Mientras tanto yo regreso a Lima con ese nudo en la garganta de imaginar que de una u otra forma todos somos presos, pienso en esa canción tan conocida sobre la Virgen de las Mercedes, patrona de los reclusos, pienso en sus niños, en sus nietos y en ese lugar que por un error les toca como hogar. Pienso muchas cosas pero creo nuevamente que todos somos presos de algo en esta vida, todos llevamos un penal por dentro.

La teta asustada

No entiendo esa manía casi enfermiza de algunas mujeres cuando le dan de lactar a sus niños, eso de sacar media teta al aire o la teta completa es lo más incómodo del mundo, están los mañosos, los otros niños que quieren teta, los curiosos, los que preguntan: mami por qué yo ya no tomo teta? hay de todo, pero de verdad que me parece lo más incómodo para quienes se encuentran en el carro con esa mujer.
Yo también he dado de lactar dentro de una combi alguna vez, pero jamás he puesto toda mi teta al aire, para eso hay un pañuelo, un polito, pero TE TAPAS LA TETA PUES!!

Me revienta el hígado tener que ver senos agrietados, deformados, caídos, etc., etc., no pues, no hay necesidad de obligar a los pasajeros a ver semejantes imágenes, digo yo, no?? algo de sutileza y pudor. Está bien que hablemos de un acto de amor y de subsistencia, porque si el bebe no amamanta se muere de hambre, pero de ahí a tener que soportar que prácticamente te pongan la teta encima es demasiado.

Un poquito de respeto por los demás no estaría nada mal, digo no?

Fito Paez y su cable a tierra

El concierto de Fito me trajo muchas emociones juntas, demasiado alboroto en el corazón. Recordé, lloré y me sentí bien de haber olvidado lo que me hacía daño y quienes me hacían daño. A veces es difícil amar tanto y asumir que esa persona solo te hace daño, no te ayuda a crecer, a mejorar, y que cuando estás a su lado solo te hace mas mal que bien.

Fito inició con Cable a tierra, canción que alguna vez alguien me dedicó y me cantó, y rejuró que yo era su cable a tierra, que yo lo hacía volver, que era yo lo mejor de su vida, pero claro sabemos que eso no era así, ...bueno lo saben quienes fueron parte de aquella historia gracias a Dios lejana para mi. Me hizo tanto bien olvidar, decir: ya no, no más. Dolió y mucho, pero el corazón siempre se reestructura, siempre se da otra oportunidad y mi corazón hizo eso, se dio una nueva oportunidad.

Cada canción me hizo ir por mi vida, por mis sueños, por analizar sobre aquello que busco y creo que es lo último que me falta para ser feliz. Creo que el concierto me hizo renovarme, comprender que yo soy mi mismo cable a tierra y que algún día debe llegar el tomacorriente para ese cable, o el electricista que sepa conocer la potencia de la electricidad que recorre mi cuerpo y sepa lidiar con mis cargas de emoción.

Creo que el verdadero cable a tierra es el que sale del alma y te permite seguir caminando solo mientras llega el tomacorriente adecuado. Fin de la catarsis.