jueves, 26 de abril de 2012

En busca del amor

La primera vez que fui a ver en Busca del Amor, fue maravilloso. Estaba de la mano del padre de mi hija y lo amaba con toda la fuerza de mi corazón. Recuerdo que terminé siendo parte del elenco de apoyo a Javier Echevarría, era la pareja que echaba los pétalos de flores sobre la maceta seca y marchita junto con el papá de mi hija.

En busca del amor, es una obra que montó Javier hace muchos años atrás y es preciosa, sigue causando el mismo efecto en la actualidad que hace años atrás. En busca del amor, como su nombre lo dice: es la búsqueda de ese sentimiento a través del tiempo y sus etapas: niñez, juventud, enamoramiento, noviazgo, matrimonio, primeros años, más años. Nacimiento de un amor, muerte de un amor, proceso de volverse a enamorar, en fin, un sin fin de sentimientos. Las peleas, reconciliaciones, el conocerse, las manías, etc.
Una obra muy linda y de autoaprendizaje.

Cuando la vi, estaba en una etapa de mi vida positiva: una relación bonita, un enamorado bueno, que me entendía, me apoyaba y me adoraba. La siguiente vez que fuí a ver la obra, estaba en todo lo contrario de la primera vez: estaba sola, con una hija, no creía en el amor, me habían fallado, me había enamorado otra vez y no me habían correspondido de la misma forma.

La misma obra y diferentes percepciones, el amor y diferentes etapas. Cuando uno ama, entrega todo, eso que dicen las amigas de que si te enamores no des todo es ilógico. Cuando uno ama, ama con el alma, con los ojos, con las manos, con la piel, con el cuerpo, con el corazón y hasta con la respiración.

Normalmente cuando me enamoro entrego todo, no me guardo nada, si amo, amo totalmente y si dejo de amar lo hago del mismo modo. El amor no es mitades, no es migajas, es un todo. Si no se puede entregar el alma, simplemente para mi, no amas.

Yo me enamoré 3 veces en mi vida: mi primer amor Julio, el segundo el padre de mi hija y el tercero un hombre que me enseñó a conocerme y valorar mi capacidad. Amé con locura y sufrí del mismo modo. No me arrepiento de ninguna lágrima y tampoco de haberme enamorado así, vehementemente.

El amor es un azar, hay que seguir y seguir...hasta ganar, hay que seguir en busca del amor, porque siempre hay una esperanza y ella no se acaba hasta llegar a la meta.

A veces llega solo, a veces uno lo busca, a veces a uno lo encuentran, el amor es una caja de sorpresas y ahí está el gusto.

En recibir la sorpresa de saberse enamorado sin siquiera darse cuenta en que momento dejaste de ver al amigo como tal y lo convertiste en el hombre de tus sueños.