domingo, 30 de octubre de 2011

Cásate mamá

El viernes fui con mi hija a su procesión del Señor de los Milagros. En su nido, los niñitos salen en cuadrillas llevando su imagen en tamaño miniatura para que los bebes la carguen.

Es dulce verlos llevar el anda, tan llenos de fe, y uno termina preguntándose siempre: ¿en qué momento uno dejó de creer en Dios, en tener fe?

Mi hijita era parte de la cuadrilla 4, la vi cargando el anda en la parte posterior, inclinada y feliz, mientras me miraba para tomarle foto de recuerdo.

Todo andaba bien, ella junto a sus amiguitas, cerca de su amigaza llamada Miranda, hasta que el papá de ella llegó y la cargó, le hizo capachún y a mi me partieron la madre.

Mi hija observaba al papá de Miranda, lo veía y sonreía, hasta que se acercó y le dijo señor ¿puede cargarme a mi también?, yo le dije: hijita, el señor está cargando a su hijita.

La llevé a un lado y sentí su tristeza. Hijita tienes que entender que somos tu y yo, acá no hay más. Prometo cargarte. Pero mi hija me dijo sin mas ni mas: mamá por qué no te casas? yo quiero que te cases con un príncipe, y tener un papá que me cargue.

Se me fue al tacho mi salida bonita, tomando fotos a la procesión de mi enana, con su mantita morada y su detente. Mi hijita me mató, esas palabras me hirieron mucho.

Hubiese querido hacer lo que fuera por quitarle esa pena a mi enana, pero va creciendo y se da cuenta. A ellos uno no les puede mentir.

Yo quisiera darte un papá, pero no se puede, aún no existe. Si llegara, tendríamos que ver que es el adecuado, sobre todo para ti. Se que miras con ternura a los papás que llevan a tus compañeras al nido, y tu vas de la mano conmigo, pero que le hacemos. Todavía somos tu y yo, y nadie más.
Yo quisiera que exista un príncipe, es más conozco uno, por cierto muy bueno y lindo, pero el no sabe que es príncipe, aún cree que es el soldado del castillo jajaja, pero al menos por algún lado vamos no??

Prometo echarle ganas, no en encontrarte un papá, sino en ayudarte a entender porque aún seguimos siendo dos, y que aún podemos seguir esperando a que llegue el príncipe.

Ver en tus ojos

Cada vez que puedo verte, que es esporádicamente, solo me lleno de emoción sabiendo que veré de nuevo tus ojos. Tan color miel oscuro, tan lleno de alegría y de pena a la vez. He tenido la suerte de verte llorar, y digo he tenido la suerte, porque siempre te muestras alegre cuando muy adentro, en tu corazón, estas lleno de miedos, de dudas, de pena.

Me dices siempre: estas loca, cómo se te ocurre venir así? y yo atino a decirte: si me pides que venga vendré, así estes lejos, muy lejos. Si me dices: ven. Yo vendré.

Me miras profundamente y te ries, me miras y me dices: estas loca. Yo sonrio y no te doy la contraria. (Debo estar loca para seguir amándote después de 4 años). Ahora comprendo las cosas más claramente, a mi me gustó alguien pero no me enamoré. Yo sigo enamorada de ti, de tu locura, de cada molécula de ti, todo tu eres mi razón de ser.

Aquel día de un momento a otro recordaste y te pusiste a llorar. Eramos tres: tu amigo, tu y yo. El te decía cálmate hermano, tranquilo, las cosas pasan. Y yo no dejaba de secarte las lágrimas con mis manos, pretendiendo frenarlas, te miraba y te decía llora, si quieres llorar, hazlo.

Me miraste, sonreiste y me dijiste: gracias, por estar acá, por venir a verme. Luego nos fuimos juntos, nos besamos como si no lo hubieramos hecho en años, tomaste mi rostro entre tus manos y yo hice lo mismo con el tuyo.

Me repetiste por milésima vez: estas loca. Y te grité: Siii, si lo sabes, sabes que me tienes loca, que estoy loca por ti.

Sonreíste, me besaste y estuvimos juntos otra vez. Abrazados como siempre, entrelazados, mirándonos, yo besándote los ojos, secándote las lágrimas que se habían desvanecido con mis besos.

Ya había amanecido y me miré en tus ojos, tan tiernos y a la vez tan fuertes, de mirada profunda, profunda como tu mismo. Miré tus ojos y contemplé tu sonrisa, esa que me brindas cada vez que me dices loca.

Me sonreíste y me dijiste: que me ves? Qué has visto en mi? Y yo te dije todo, tu risa, tus ojos, tu vida, tu mundo.

Yo te amé hace 5 años, me enamoré y preferí dejarte, me aleje porque me lo pediste, y regresé porque me dijiste vuelve.

Si estoy loca, pero de ello tu no tienes la culpa, yo me vi en tus ojos y vi tu alma en tus pupilas, yo vi al ángel que escondes, no al hombre que se muestra frente al mundo. Yo te vi, me vi en tus ojos y comprendí que no podré dejar de amarte...nunca.