viernes, 9 de febrero de 2018

Regresando al blog

Había dejado de escribir hace muchísimo tiempo, diversos eventos hicieron que perdiera la continuidad. Mi hija está mas grande, la rosacea sigue su largo camino de convivencia conmigo, casi un amor odio tan profundo como el de los amantes. Han sido meses de continuo trabajo no solo con el dermatólogo, sino también conmigo, con ir botando los demonios que tormentosos crecen. Aún cuestan y mucho, pero creo que la mejor forma de combatirlos es simplemente diciendo lo que sucede, botando toda esta mierda que te inunda el alma. Cuando simplemente te preguntas por qué a ti, y no a otra persona. Por qué tu y no fulanito o fulanita, y te sientes miserable por vivir lo que vives.
Leer libros de Allan Poe no ayudan mucho en estos casos, dicen. Pero a mí me sirvieron para volver a ser yo. Puedo ingresar en un pantano totalmente siniestro y oscuro, pero creeme que saldré y renacere como el ave fénix, porque no conozco otra forma de seguir que no sea luchando. Pero esta vez las caídas son mas cortas, mas lentas, incluso más analizadas y me permiten aprender de mis propios errores y también de mis aciertos. Porque todos los días aprendemos y yo quiero seguir haciéndolo.

No hay comentarios: