jueves, 3 de mayo de 2012

Es tan fácil romper un corazón

Dicta uno más de los grandes del rock and roll, Miguel Mateos: que es tan fácil romper un corazón. Y creo que es verdad. Mientras uno se desvive por ser lo más sincero del mundo, siempre hay un desgraciado que termina destrozándonos la vida, de una u otra forma, para bien o para mal, viene y malogra tu tranquilidad, la paz con la que estás comenzando a vivir y te dices: que miércoles puedo estar sola.
Pero no, cuando piensas que si, que puedes estar sola, llega alguien, pasa algo, que malogra esa estabilidad emocional que empiezas a concebir.
Maldito cuarto creciente, luna de hombre lobo en París que llegas y alborotas hormonas, maldita luna que causas sensaciones que uno ya no cree sentir, pero que siente de un momento a otro, y tu medio año de castidad se hace agua en menos de dos horas.
Lo positivo de todo esto es que pierdes el endiosamiento por un ser que pensabas casi idolatrado. Por primera vez en tu vida, sacas los pies del plato y no con el, no.
Por primera vez, besas a alguien que no es la misma persona a quien besabas hace largos años. Tu corazón palpita, la sangre se acelera, sientes un cosquilleo, tus manos sudan, tu boca saliva. En instantes sientes unos besos que son correspondidos por tu boca, en instantes sientes que buscas otra boca que no es la de siempre, que no es la que estaba ahí cuando la buscabas.
Te sientes mal, tu interior pelea, se resiste, pero se deja llevar. Maldita sea!! se deja llevar, y terminas besando con ganas, con fuerza, con pasión. Un beso lleva a otro y a otro. Cuando te das cuenta pasaste de los besos, pero no te arrepientes...capaz lo hagas al día siguiente. Solo te dejas llevar, por alguna vez en tu vida, haces caso de eso que siempre escuchaste: déjate llevar, no la pienses tanto.
Te dejas llevar, y la jodes, vuelves a ese maldito ruedo de inseguridad, de pensar que pasará por su cabeza, qué pensará de ti. No niegues que eso es lo que más te atormenta...pero ya que miércoles, lo hecho, hecho está. Aprende, no te emociones de cosas simples, solo vive y deja vivir. Lo aprendo poco a poco, solo que a veces suelen ser aprendizajes de sopetón, donde te sacas la m... en primera.
Como dice la cancioncita del Mateos: ...Si me llamas y me bancas, podría decirte tantas cosas, yo que voz no jugaría con situaciones tan peligrosas...y es tan tonto el amor que se deja atrapar, por un corazón que no sabe amar...puedo gritar, puedo esperar, porque tengo el alma dispuesta, y aún perdido, como un disparo en la oscuridad, sigo adelante buscando respuestas, mientras tanto empujamos el mundo para verlo rodar y rodar, como chicos pateando un balón, creyendo ser dos bandos en un callejón...y es que es tan fácil romper un corazón...
Pero a Miguel Mateos se le olvidó una pequeña frase adicional: Para soldarlo...es toda una mierda.

No hay comentarios: