sábado, 16 de junio de 2012

Sixto Prado Barrionuevo: Mi súper papá

Mi papá siempre ha sido un ser muy cariñoso, noble, gracioso y lleno de virtudes. Desde que tengo uso de razón me dió un chicotazo cuando tenía 15 años y luego me metió a la ducha con ropa y todo en 4 ocasiones.
Jamás me quejé de ninguno de sus actos -era terrible cuando era chiquilla- mi papá era y es para mi lo máximo. Cuando llegaba tarde de trabajar, siempre tenía tiempo para conversar conmigo, ver mis cuadernos y hasta ver la novela. Compartimos nuestro apasionamiento por Universitario de Deportes, por los deportes, por la lectura y la política.

Mi papá nunca me reprochó el salir embarazada en pleno último ciclo de la universidad, me llamaba cada 3 horas cuando estaba en clase: para saber si había llegado bien, si no tenía malestar, a que hora salía de la universidad. Me compraba muchas manzanas y uvas -que eran mi delirio cuando estaba gestando- y jamás se quejaba cuando le pedía que se quedara conmigo hasta que me durmiera.

Sixto Prado Barrionuevo, tiene más de 50 años pero es un chiquillo, aún no lo veo encorbado y menos cansado. Odia que le digan: abuelito. El es papito Sixto, para mi Jannice. Mi papá es un súper papá, porque a pesar de haber acabado su responsabilidad con mi hermano y conmigo, la sigue con su nieta, con Jannice. Salta, se tira al piso, juega al caballito, hace capachun, va al nido, la recoge cuando puede y comparte con ella todo el amor que tiene para dar.

Cuando el papá de mi hija me dejó sola, tuve la preocupación  de que mi hijita tuviera algún problema emocional por faltarle la imagen paterna, pero mi papá también solucionó eso, como todo. Mi papito -como yo le digo hasta ahora- es tan mágico que fue capaz de encargarse de Jannice cuando yo recién llegué a casa con ella en brazos luego de dar a luz. Mi papá me dijo: tienes una cara pálida hijita, esta bien que seas blanca, pero eso es blanco papel. Tu descansa, yo me encargo de la bebecita -y así lo hizo, por dos largos meses-. No pasaron ni cuatro meses y me dio apendicitis, y ahí estaba mi súper papá para volver a hacerse cargo de Jannice, mientras yo estuve casi un mes en el hospital.
Mi hija no necesita la imagen paterna de su papá, porque le basta y le sobra con el mio -debo aceptar que me cuesta como toda hija compartir a su padre. Porque yo no puedo decirle a mi hija ni en broma: que le presto a mi papito. Porque mi papito, es su papito. Y llega a tal extremo de llorar desconsoladamente si yo abrazo a mi papito- mi papá es tan importante para Jannice que mi papá es su papito.
Adoro a mi papá, lo adoro más que a mi mamá -y ella lo sabe- es tan especial, porque es capaz de dejar de trabajar por mi, cuida de mi asi tenga 32 años. Es capaz de levantarse desde su cuarto en 3 milésimas de segundo y estar en mi cuarto, si yo grito: ¡¡¡papá!!!!
El súper papá existe, imagino que para cada hija el súper papá es único, porque para cada una de nosotras, nuestro papá lo es todo. El es Batman, Superman y todos los super héroes juntos. Para mi: mi papá es lo máximo, es mi papito.

Me sigo despidiendo de el con un besote grande, le sigo diciendo: papito...y adoro sus muecas y su bigote rubio haciéndome cosquillas como cuando tenía 6 años y corría para abrazarlo en el colegio.
Ahora con una hija y 32 años sigo corriendo a abrazarlo cuando llega de viaje y sigo peleándome para ser la primera en recibirlo, porque siempre será mi súper papito...mi papito bigotón :D

No hay comentarios: