Usted sigue siendo la culpable

Tuve la certeza de que no quería destrozar un solo animal para aprender la carrera y debía hacer eso si quería ser veterinaria. A la par de mi sueño, redactaba para el boletín informativo mensual del colegio, mis horas pasaban entre el taller de danza, la banda de música y el boletín. Los premios florales eran mios sin proponermelos y mis compañeros terminaron casi odiandome.

Representar al colegio en un concurso a nivel escolar fue casi mi entrada a ese mundo literario entre la realidad y la ficción. Mejorando poco a poco la plumilla cuando solo era una mocosa de 12 años, entre como jugando al taller de Cedro para líderes escolares (así les llamaban en ese tiempo a los nerds como hasta ahora se conoce a los chicos que se la llevan fácil porque retienen la información y no necesitan estudiar porque casi todo lo recuerdan y lo aprenden). Yo estaba en ese grupo de nerds catalogados como líderes jajaja.

Luego vino la colaboración del Comercio con Cedro, charlas, clases y me vi envuelta de corresponsal escolar del diario. Los pasajes para un escolar eran básicos asi que no pude solventarmelos y lo deje. De ahí mi apasionamiento era más intenso, si antes escribía tres veces a la semana, ahora lo hacía cinco, sin darme cuenta lo hacía diario. Ya no eran poemas, eran cuentos, historias, frases, acrósticos. Termine siendo el cupido del cole y vi en ello una forma de ingreso (siempre hay alguien que no sabe que decir y al mismo estilo de Cirano de Bergerac, yo era la salvadora para esas mentes escasas de escribir una palabra de amor). Recuerdo que cobraba un Inti (la monedita de Miguel Grau, creo) y más por los acrósticos, porque había cada nombre.

Luego llegó el primer amor y con el los libros, Un mundo para Julius fue el primero que leí (mi enamorado se llamaba Julio creo que por eso me lo dio jajaja), me pareció simplemente exquisito, estoy refiriéndome al libro, aunque también a el. El hecho que fuera mayor que yo, hizo moldearme a el, quería que estuviera contento conmigo, que no se avergonzara de mi ni un solo instante. Compartia con el la lectura, el rock y la música.

Cuando terminamos yo era una adolescente a punto de acabar el colegio, mi mente se había leído muchos libros y tenía a mi parecer, los mejores conocimientos de la literatura y música. Gabriel García Márquez (100 años de soledad), Vargas Llosa (La casa verde), Edgar Allan Poe (El gato negro, El pozo y el péndulo), Jorge Amado (Doña Flor y sus dos maridos), Franz Kafka (La metamorfósis) fueron algunos de los muchos libros que me comía cada tarde, mientras me comía a besos también a Julio.

El fue quien dejó en claro que esto era para mi, si antes tenía dudas, el aclaró todas. Quería ser periodista, escribir hasta que me saliera una ampolla en el dedo, escribir y leer todo lo que pudiera. Aún en las noches cuando leo un buen libro mi madre tiene que gritonearme porque no tengo razón del tiempo y puedo pasarme horas, incluso puedo acabarlo el mismo día porque estoy tan conectada cuando leo uno. Sigo pensando que jamás una película se parecerá a su libro, haga los intentos que haga.

Ya en la universidad, recuerdo un trabajo que nos mandaron a realizar sobre la presentación del libro "Usted es la Culpable de Eloy Jáuregui" y aún así sigan pasando los años, sigo pensando lo mismo que escribí en mis últimas líneas de aquel trabajo:

Creo que ya tengo a quien decirle usted es la culpable,

a mi carrera, a mi profesión,

por ser la culpable de que me haya enamorado completamente de ella

y para siempre.

Sigue siendo la culpable de que la ame tanto, de que me quede en esta silla hasta tarde y de que siga amando escribir. Simplemente la amo.

Feliz día del periodista para todos!!!

Les dejo una frase de mi creación:

No dejes de plasmar lo correcto,
sigue el camino de tu intuición.