sábado, 14 de junio de 2008

Otra vez Andrés


Otra vez volví a llegar tarde al trabajo, recuerdo cuando hace 9 meses atrás llegaba super temprano al trabajo. Aquellos tiempos...ahora casi siempre a pesar que me levante temprano, llego al trabajo a las 9:10 o 9:20, intento todo, hasta ir en taxi para no quedar mal, pero una pequeña luz en mi vida, prohibe mis salidas tempranas.

A pesar que me levante casi como un alma, sin hacer el menor ruido, ella abre sus ojazos, me ve y de su pequeña boca sale un balbuceo, mamá...seguido de un berrinchudo llanto. A veces siento que lo hace a propósito y me irrito, pero pretender ponerle una cara de enojo es imposible, casi al instante mis manos se acercan a su cuerpo y la abrazo, en dos saltos ella y yo ya estamos de pie.

Una carrera rápida a la sala, un control que automáticamente prende el televisor en el canal 37, donde un torito baila como rosquete dicendo algo muy cierto: los libros son maravillosos.

Mi hija salta y baila, ama la lectura sin darse cuenta, la ama a través de mi. Y yo a pesar de detestar ese canal y de haberme burlado un millón de veces de las personas q tenían que colocar ese canal sólo por los terribles pequeños, termino sucumbiendo a esa payasada que hace cualquier mamá, ponerse a cantar la entrada del programa favorito de su hija.

Si me veo chistosa cantando Wilbur, pero amo hacerlo, me la se de memoria, y esa pequeña destroza senos, es a quien más amo en la tierra.

No me importa hacer las tonterías que hago por ella. Mi usb está inundado de imágenes de Wilbur para tener todo listo para su fiesta de cumpleaños. Tengo la tarjetería, los adornos, el bendito toro por todas partes. Ese toro que con solo verlo, me hace sentir que cada mañana cuando salgo a trabajar, siempre estas conmigo, que yo no salí de casa...que me quedé viendo Wilbur contigo.