jueves, 15 de abril de 2010

Yo


Casi siempre que escribo lo hago por algo concreto, que me pasó o vi, rara vez escribo de mi, exactamente. Tal vez, porque creo que no hay nada interesante que decir sobre mi.

Este año cumplo 30 y a mi si me espanta la idea de quedarme sola, completamente sola. Y si es feo, porque así tenga el maravilloso amor de mi hija, otra cosa es el amor de pareja.

Hace mucho tiempo que deje de sentir y saber como es eso de ir a ver una película con una pareja, y me refiero tipográficamente a ir a ver la película, no ir y no ver nada, porque te pasaste toda la peli haciendo cochinadas en la parte final de la sala.

Extraño las salidas a cenar, o cocinarle a mi pareja, extraño abrazar un cuerpo, sentir la respiración cerca, y saber que el hombre que amas está al lado tuyo, amándote con la misma intensidad que tu a el.

Tengo miedo de amar otra vez así, tengo miedo de decirle a alguien nuevamente: Te amo. Tirito de solo pensar que me quedaré sola, porque insisto es bien yuca que te acepten con hijo ajeno, es como que le recuerdes el santito todos los días no?, bueno tal vez existan los chicos buenos, pero hasta el día de hoy no conozco ninguno y tampoco se si lo conoceré. Tengo en claro mi edad y mis posibilidades de triunfo...son indiscutiblemente 12.5%. Amo las cifras, casi siempre me comparo con ellas y definitivamente siempre pierdo.

Hoy cuando me despedí de mi amiga en el bus, me percate de todas mis escenas de siempre en mi regreso a casa. En la pareja de 45 y 50 que se miran como dos chiquillos recién templados, en el señor que debe ser albañil y viene matadazo de la chamba, el vendedor de cds educativos y la bendita pareja otra vez.

Ella tenía los brazos enlazados al muslo de su esposo, como cuidándolo de que no se cayera. El la miraba con tanto amor que no le quitaba los ojos de encima así ella no lo estuviera observando.

Un chico del asiento trasero se incorporó y el hombre pudo tomar asiento. Por un momento pensé que la escena llegaría a su fin, pero no. El me sorprendió con un enorme beso que estampó en la cabeza de su esposa, sus dedos al costado izquierdo del cuello de ella, mientras ella con risita discreta le diría alguna travesura, seguramente. Yo sólo pude llegar a oír: esta noche.

No pude quitarles los ojos hasta que bajé, se veían tan enamorados, para colmo cuando llegué a mi casa, la entrada estaba con seguro...típico de mis padres cuando hacen sus cositas.

Me fui a dar una vuelta, mientras seguía observando como muchas parejas se comían a besos. Pensé cuan difícil resulta llegar a ese estado y cuando lo haces casi siempre sales lastimado, pocos tienen suerte....lástima que a esa repartición de amor...no llegué temprano, sólo, como siempre faltaba yo. Alguien me dijo hace poco, que grande queda la cama, cuando se está solo, y lo peor es que solo a nosotros se nos ocurre tener una king size...estando solos.

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