viernes, 15 de agosto de 2008

Depilación gratuita


Era mi segundo día en el policlínico Grau, tuve una noche fatal con mis adorados vecinos (como que pasos y sonidos de nauseas) no son buenos en un hospital y mucho menos al lado de una persona asquienta. 11 am, hora de la revisión del médico, mi primera revisión.

Un sonido que remeció medio hospital salió de mi garganta, me habían arrancado sin piedad el parche que cubría mi chuzo, MALDAD!!!, mi tan contorneada depilación se vió opacada por una curva visible de falta de vello púbico, malditos. Más dolía la depilación que mi herida y encima me sentía mansillada, 5 hombres, entre médicos e internos me vieron el alma sin roche y con frescura. Y encima uno se atrevió a decirme que lo mejor eran las apendicitis, porque con el cuento de curar la herida, te ganabas con la paciente. No sabía si sentirme halagada...o agarrarlo a patadas.

Alguien tenía que responder por mi tragedia, mi depilación había sufrido un transtorno, algún médico debía pagar.

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